LA CIENCIA, VEHÍCULO DEL CONOCIMIENTO HUMANO

La ciencia, un oasis de conocimiento del mundo natural mediante el cual se revela la grandeza y bondad de su Creador.

CREACIÓN Vs EVOLUCIÓN

¿Cuál debe ser nuestra postura como creyentes?
Por: Gerardo Cartagena Crespo





¿Puede la Teoría de la Evolución contradecir el concepto de creación según es entendido por los creyentes cristianos, en este caso católicos?  ¿pueden ser compatibles? ¿Qué es naturalismo? ¿qué es creacionismo y qué es evolucionismo? ¿Puede un creyente admitir la Teoría de la Evolución aunque sea como una posibilidad? ¿Hay alguna contradicción con la Biblia? ¿Qué es la Teoría del Big Bang? ¿Podemos los católicos creer en estas teorías? ¿Es posible relacionar y armonizar la Teoría del Big Bang y de la Evolución con la verdad de fe de la creación realizada por Dios?

Nota. Como ya he mencionado en otros artículos relacionados, pero aquí lo repito para quienes aún no lo han leído, el propósito de este artículo no es convencer a los que no quieren creer, pues para quien no quiere ni le interesa creer en Dios no existe argumento que lo convenza por más evidente que éste sea. Como me dijo un ateo: "Gerardo, yo no creo en Dios; y si Jesucristo se apareciera ahora mismo lo rechazaría y despreciaría"; y otro: "yo soy así, y ni Dios me puede cambiar". Luego no es posible ni existe argumento para este tipo de increencia. Lo que he de presentar aquí es para que el creyente católico conozca y entienda que la fe no es algo que se fundamenta en el vacío, ni se apoya en cuentos de hadas (como acusan y juzgan los no creyentes), sino que, a pesar de la parte oscura de la fe (pues si ésta fuese evidente como se evidencia en un laboratorio y que los no creyentes exigen que así debería ser, ya NO sería fe ni sería meritoria) ésta también se apoya en la razón aunque iluminada por la gracia. Por eso, por vía de razón, tanto en filosofía como en teología se puede indagar en aquello que la ciencia no puede acceder pues no forma parte de su campo de estudio. Y por eso este articulo va dirigido prioritariamente a los creyentes que quieran dar respuestas racionales de su fe para quienes se la pidan o a quienes pretendan que el cristianismo se basa en fábulas y mitos.

Nota. Para los católicos que no están acostumbrados a este tipo de información y, al igual que muchísimos protestantes, interpretan los primeros capítulos del Génesis literalmente, es posible que resulte difícil de aceptar y asimilar lo que aquí se diga. Por eso antes de emitir algún juicio, por favor lee todo el contenido para que así tengas los elementos necesarios para que puedas dar un juicio acertado. Que el Espíritu Santo nos ilumine en la verdad que Dios ha revelado de modo natural por medio de la creación.

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Ver segunda parte: 2. Dificultades científicas

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Introducción

Cuando Charles Darwin dio a conocer sus estudios y conclusiones sobre el origen y evolución de las especies (teoría novedosa que desbarataba las interpretaciones bíblicas sobre los orígenes y creación de las especies), los ateos, materialistas, librepensadores e incrédulos en general vieron la “luz” y un argumento más para poder librarse de las “ataduras” de la religión. Las creencias dogmáticas de la religión y del cristianismo en general, según ellos lo veían, estaban siendo, poco a poco, destruidas y superadas por el avance del conocimiento científico. Ya no era necesaria la idea de un Creador para explicar los misterios de la naturaleza (de este rechazo de un Creador como Causa primera y eficiente, es que surge el naturalismo que pretende explicar la naturaleza sin necesidad de un Creador). La Razón, aseguraban los no creyentes, por fin estaba dando respuestas claras y suficiente por encima de la fe.

Pero lo que parecía ser el triunfo del racionalismo y del cientificismo, se estaba convirtiendo, en realidad, en un triunfo para la Iglesia Católica, pues de dichos avances y conocimientos científicos también la Iglesia se estaba enriqueciendo.

Todos estos avances científicos llevaron a la Iglesia (como lo hicieron las herejías al comienzo del cristianismo que ayudaron a aclarar y a definir las verdades de la fe) a reflexionar con mayor riqueza y profundidad las verdades religiosas contenidas en la Biblia concernientes a la creación. Por ejemplo, los primeros 11 capítulos del Génesis al ser interpretados de manera no literal (pero sin olvidar el trasfondo histórico como la realidad del Pecado Original y la intervención del Maligno en ello) ayudaron a entender mejor lo que realmente Dios quiso enseñarnos y dar a conocer como verdad de fe.

En este tratado veremos cómo la Teoría de la Evolución, si se despoja de los mecanismos ciegos y estériles del azar y la casualidad (los tapa agujeros de los naturalistas y cientificistas), podemos realmente comprender y aceptar que tal proceso pudo y es utilizado por la Divina Providencia para llevar al universo a lo que es hoy: “Y vio Dios que todo era bueno.”

Nota. La Iglesia jamás ha declarado dogma de fe hechos o eventos que tengan que ver con conocimiento científico o histórico, siempre ha sido en orden a la fe, es decir, de divina revelación. Aunque esto no ha impedido que intelectuales dentro de la Iglesia hayan desarrollado opiniones que, aunque no son de divina revelación ni contenido dentro de lo que es propiamente el mensaje de salvación, han propuesto, incluso como si fuese doctrina, ideas que tienen que ver con el orden natural.

También debemos conocer y entender que todo conocimiento en el plano natural (ciencias, filosofía, historia...) el católico no está obligado a creer en ello (pero tampoco rechazarlo de manera simplista) puesto que dicho conocimiento no forma parte de la Divina Revelación en la que sí estamos obligados a conocer por medio de la Iglesia y, en consecuencia, obligados a creer en ella; aunque dichos conocimientos naturales sí pueden ayudar a explicar y entender, a argumentar y dar razón y sentido a la fe; que ésta no se apoya en un vacío existencial, ni en fantasías ni en cuentos o leyendas (como acusan los no creyentes). Hay que dar razón de nuestra esperanza nos recomienda San Pedro.


Algunas consideraciones para entender este tratado

Evolución. Entre algunas definiciones que se dan, está la siguiente: "La teoría de la Evolución es como se conoce a un corpus, es decir, un conjunto de conocimientos y evidencias científicas que explican un fenómeno: la evolución biológica. Esta explica que los seres vivos no aparecen de la nada y porque sí, sino que tienen un origen y que van cambiando poco a poco."

Evolucionismo. Según la Oxford Living Dictionarie, "Teoría biológica que sostiene que todos los seres vivos actuales proceden, por evolución y a través de cambios más o menos lentos a lo largo de los tiempos geológicos, de antecesores comunes."

Naturalismo. Enseña que todo cuanto existe o es eterno o, en su defecto, surgió de la nada por sí mismo, y que todo proceso evolutivo, tanto de la materia como de la vida, se da por casualidad y puro azar, y todo ello sin necesidad de un creador; luego Dios no existe.

Teísmo. Creencia en una divinidad (o divinidades) que de modo racional puede ser conocido aunque de una manera remota e imperfecta. En nuestro caso, como creyentes cristianos: creencia en un Dios personal, creador y conservador de todo cuanto existe y que puede ser conocido de modo racional.

*Para quienes interesen ampliar más este concepto les recomiendo que lean los siguientes tratados:

-definición de teísmo

-Sentido, alcance y formas del teísmo

Creación. Entre las acepciones que la Oxford Living Dictionarie nos proporciona, la que más se ajusta a nuestro estudio es "Acción de dar existencia a una cosa a partir de la nada."

Creacionismo. Este término posee varias acepciones distinguiéndose dos: Creacionismo de la Tierra joven (sobre todo ésta) y Creacionismo de la Tierra vieja.  Es la creencia de que todo cuanto existe fue creado por Dios (ya sea absolutamente todo de la nada tal y como lo percibimos hoy -Creacionismo de la Tierra joven-, o la creación de la nada de la materia prima por ejemplo en el Big Bang -Creacionismo de la Tierra vieja-, o la creación de la materia prima de la nada seguida de una evolución -Creacionismo teísta o evolución teísta y demás creencias afines). Para el propósito de este trabajo haré una distinción de conveniencia.

Nota. Debido a la interpretación literal con el que el creacionismo de la Tierra Joven y, en parte, de la Tierra vieja, y por el hecho de que rechazan la Teoría de la Evolución (ni tan siquiera la admiten como una posibilidad) es que, muchos teístas que sí admiten la Teoría de la Evolución es por el que no se consideran creacionistas o pertenecientes al creacionismo.

*Parar una definición del desarrollo histórico del concepto de creacionismo, el siguiente enlace: Desarrollo histórico del CREACIONISMO

Creacionismo restringido o literal. Es el que interpreta de manera literal los capítulos bíblicos concernientes a la creación. Todo cuanto Dios creó, lo creó directamente sin periodos de tiempo extremadamente largos. Los seis días de la creación son de 24 horas. En esta línea de pensamiento están los Creacionistas de la Tierra joven. De origen protestante.

Es este tipo de creacionismo que los ateos atacan y, debido a su interpretación literal de la Biblia, manipulan para ridiculizar la Biblia, mofarse de la fe y negar a Dios. El problema es que, en este ataque los naturalistas, ateos, materialistas no hacen distinción entre los creacionistas literales y los no literales, metiendo a todos los creyentes teístas en el mismo saco de sus ataques y acusaciones.

Creacionismo amplio. Es la línea de pensamiento que interpreta ya en su totalidad o parte de ella de manera no literal los capítulos bíblicos relacionados a la creación. En este grupo hallamos:

a. Creacionistas de la Tierra vieja (admiten la antigüedad de la Tierra en millones de años, pero descartan la Teoría de la Evolución. Algunos grupos admiten un Diluvio universal, mientras otros admiten un Diluvio regional. De origen protestante).

b. Creacionismo Teísta o evolución teísta (a parte de admitir una Tierra extremadamente vieja, también admiten la Teoría de la Evolución, pero en la que Dios impuso dicha ley en el principio y prácticamente no ha vuelto a intervenir. De origen protestante).

c. Diseño Inteligente -DI- (admiten la interpretación de los creacionistas de la Tierra vieja, pero no ofrecen una definición clara de la tal Inteligencia ni en qué consiste).

d. Teísta creacionista evolucionista. Esta referencia o distinción es conveniente en mi caso pues, como creyente cristiano que cree por fe divina en un Dios personal y eterno, todopoderoso y misericordioso, y todo lo que la fe católica ha definido como atributos propios de Dios, también soy teísta -que cree que Dios puede ser conocido de modo racional gracias a la filosofía-, también soy creacionista -creo que Dios creó, antes del Big Bang, la singularidad del no ser (nada) al ser, o lo que haya creado en ese momento, del cual nace el universo y todas sus propiedades- y evolucionista -creo que Dios pudo haber creado cada especie valiéndose de otras especies previas-. Aunque como evolucionista dependerá si más adelante surge otra teoría que sustituya la actual y que explique mejor tal proceso (en ciencia se puede esperar cualquier cosa).

e. Teísta (aquí dejo a discreción de cada teísta que no se identifique con ninguna de las definiciones anteriores).

Más abajo se volverá a tocar estos puntos.


*Para quien interese, el siguiente enlace nos presenta cuál fue la idea y enseñanza de los Santos Padres de la Iglesia Primitiva en cuanto a la interpretación de los seis días del Génesis:






I. El enfrentamiento

Generalmente el enfrentamiento entre teístas y ateos se basa en una concepción de interpretación de los creacionistas de la tierra joven y, en parte, los creacionistas de la tierra vieja. El problema de este enfrentamiento es que los ateos tienden a incluir en sus ataques, en este aspecto, a la Iglesia Católica, siendo que la Iglesia esta abierta a la verdad científica y a toda teoría o hipótesis que no contradiga las verdades de fe contenidas en la Divina Revelación. Entre ellas la Teoría del Big Bang y la Teoría de la Evolución, bien entendidas, no representan ningún problema para la verdad católica.

En las universidades (y en otros lugares de formación e información) nos encontramos con profesores y personas que les gusta enfrentar evolución contra la creación como si fueran dos creencias totalmente opuestas. (Y de hecho, tanto el creacionismo de la Tierra joven como el evolucionismo naturalista son totalmente contradictorios).

Ellos, aferrados a sus convicciones materialistas y ateas, quieren hacer ver a sus alumnos que el creacionismo es una filosofía o conjunto de ideas anticuadas que la ciencia ha superado. Por eso les gusta enfrentar razón contra fe, ciencia contra Biblia como dos antagonistas irreconciliables en las que fe y Biblia salen perdiendo, y razón y ciencia son las que tienen la verdad. El problema es que, la sociedad moderna, influenciada por los naturalistas, cree que la ciencia niega la existencia de Dios, y por eso muchos creyentes se cierran a las verdades científicas.

Si la ciencia llevara irremediablemente al ateísmo todos los científicos serían ateos o agnósticos. La realidad es que, hoy existen una enorme cantidad de científicos que son creyentes, y muchos de ellos llegaron a la fe por medio de una reflexión profunda y sin prejuicios gracias a las verdades que iban descubriendo en la naturaleza. Algunas de las cuales iremos estudiando en este libro.


*Para quien interese: Vídeo ¿Ser creyente es ser ignorante? Científicos creyentes:


*También te puede interesar: Escritores, siquiatras, filósofos Ateos convertidos al Cristianismo (católicos)


II. Definiendo

El enfrentamiento de ambas creencias (creacionismo restringido y evolucionismo) se debe a que ambas posturas son tomadas en su forma pura, absoluta, es decir, de modo literal la una y naturalista la otra, donde no es posible la mezcla ni la reconciliación.


A. Creacionismo literal

Nota. Cuando hablo de creacionismo literal me refiero a la interpretación literal que se le da a los primeros capítulos del Génesis, específicamente 1- 11.

Admite y defiende que todo cuanto existe fue creado de la nada por un ser personal infinitamente poderoso y eterno. Admite y defiende que esa creación se dio espontánea, sin intervalos de tiempo extremadamente largos, ni cambios evolutivos de un ser menos perfecto a uno más perfecto. Es decir, tanto la forma de la Tierra como los seres animados actuales son los mismos del primer día de la creación, sin cambio alguno que los diferencie (Creacionismo de la Tierra joven).

Su fundamento (de aquí el término "fundamentalismo") radica en la interpretación literal de la Biblia en la que no es posible, en este caso, ninguna analogía o forma literaria por la que se pudiera aclarar muchas aparentes contradicciones.

Existen en Estados Unidos otras alternativas menos radicales que pretenden o tratan de armonizar la narración de Génesis 1-11 con los datos ciertos de la ciencia, tales como el Creacionismo de la Tierra vieja que admite un universo de miles de millones de años, pero rechaza la evolución; y el evolucionismo teísta que sí admite la Teoría de la Evolución.

Existe otra alternativa (nacida en E.U.A para 1990) paralela al creacionismo (el DI-Diseño Inteligente); se considera a sí mismo como una ciencia que pretende explicar lo que la Teoría de la Evolución no puede. De aquí que se presenta como una alternativa a la evolución puesto que entiende que dicha Teoría deja muchas lagunas y “múltiples vacíos e inconsistencias que le impiden explicar de forma certera el origen y desarrollo biológico.” (Revista Muy Interesante, septiembre 2012).

El problema del DI es que, aunque admite la necesidad de una inteligencia superior para que se dé la perfección del universo, sin necesidad de un proceso evolutivo, desconoce la identidad de tal inteligencia “en la que se debe creer a pesar de la inexistencia de pruebas.” (Revista Muy Interesante, septiembre 2012).


El problema de ambas posturas (creacionismo de la tierra joven y evolucionismo naturalista) es que mantienen un debate abierto entre ciencia y Biblia y razón y fe sin necesidad y sin razón. En este tratado pretendo establecer que sí se puede armonizar las verdades de fe (tal y como son enseñadas por la Iglesia Católica) y las verdades científicas y también diversas teorías que, bien entendidas, en sí no contradicen las verdades de fe católica, entre ellas la Teoría de la Evolución y el origen del universo desde el Big Bang, o como pretende Hawking que el universo surgió de un estado gravitatorio, pero como tal estado no puede ser eterno (como veremos más adelante), tuvo que haber sido creado por alguien.


B. Evolucionismo naturalista

Admite y defiende varias modalidades de origen de la materia: Hay quienes piensan que la materia se va creando ella misma. Otros que ésta existe desde siempre; que es eterna, y por lo tanto increada.

Ambas posturas admiten que la materia va evolucionando por un proceso puramente natural, es decir, perfeccionándose ella misma al azar, por casualidad.

Del mismo modo, la vida surge por casualidad y por puro azar va evolucionando hasta alcanzar y culminar en la perfección de la inteligencia racional. Todo esto se da sin la necesidad ni la intervención de un ser infinito y eterno (de aquí el término naturalista). Por consiguiente, Dios no existe.

El problema del evolucionismo naturalista no es tanto su rechazo a un creacionismo literal y estricto (que niega toda forma de evolución) y que es muy común en el protestantismo (aunque también se incluyen algunos católicos que, en esta materia tienen libertad), sino el hecho de que, en sus ataques, desprecio y ridiculizaciones, incluyen a todos los teístas que admitimos las diversas teorías científicas como el Big Bang o la Evolución como muy probables y que, por consiguiente, podemos admitir la intervención de una Inteligencia capaz de llevar y dirigir dicho proceso, por ejemplo, el de evolución. Si se admite tal intervención divina (ya sea sólo en el momento de la creación o a lo largo de dicha evolución tanto de la materia como de la vida) no sería necesario recurrir al azar y la casualidad.

Mi cosmovisión es hacer ver que (y según el pensamiento católico en esta materia; no digo doctrina puesto que este problema no forma parte de la Divina Revelación, aunque para el protestantismo es fundamental, no así para la Iglesia Católica abierta a las verdades contenidas en la naturaleza y que la ciencia descubre e investiga) no se elimina la evolución como tal, sino los elementos ciegos que no pueden explicar en absoluto la perfección y el orden del universo, es decir, del azar y la casualidad que en realidad son conceptos puramente intelectuales, del pensamiento humano con el que el cientificismo y naturalismo pretenden explicar los enigmas que la ciencia no puede. Así pues, quieranlo o no aceptar la ciencia se ve obligada a utilizar conceptos intelectuales o filosóficos para poder explicar lo que ella misma le es imposible explicar.

Otro problema del evolucionismo naturalista (en este caso de ciertos ateos) es que es sumamente rígido, agresivo e intolerante, por lo que en las universidades (y en otros medios) se dedica a atacar violentamente y a ridiculizar la fe del creyente, sobre todo católico, y se vale de la ignorancia de los oyentes para tergiversar la verdad y a manipular la ciencia y la historia a su fin: la destrucción de la fe y, con ello, el deterioro espiritual y moral de la sociedad, cuyas consecuencias estamos sufriendo.


Lo lamentable es que ambas posturas (creacionismo literal y evolucionismo naturalista) empeñadas en mantener sus creencias mantienen un conflicto innecesario y, a veces, hasta ridículo que deja mucho de que pensar de intelectuales de ambos bandos.


*El siguiente artículo nos ilustra y presenta las razones profundas del porqué el naturalismo se esfuerza por presentar a la ciencia como un ente del conocimiento humano puramente materialista: "No podemos dejar que Dios cruce la puerta".


III. Dificultades científicas, bíblicas y filosóficas en ambas posturas.

Nota. Antes de pasar a la siguiente parte, te recomiendo el siguiente artículo (corto pero muy explicativo): El fundamentalismo, religioso o ateo, es una respuesta ante el miedo.
A. Dificultades creacionistas literales.



Ciertos grupos de creacionistas de la tierra joven interpretan, para tratar de explicar la existencia de los dinosaurios, que estos existieron junto con los primeros seres humanos y se extinguieron en el diluvio universal.


Las aparentes contradicciones bíblicas surgen cuando se interpretan textos de modo literal, sin dejar margen a los posibles géneros literarios que darían sentido y claridad a lo que Dios quiere transmitir y enseñar. Y es esta contradicción la que suelen utilizar los ateos para enfrentar la razón y la ciencia contra la fe y la Biblia.


1. Dificultades bíblicas

Entre las primeras dificultades aparentemente contradictorias que encontramos a la hora de interpretar literalmente la Biblia, se encuentran en los primeros capítulos del Génesis.

Las siguientes dificultades son algunas de las que suelen aducir los ateos para negar la verdad de la Biblia y, por consiguiente, la verdad y existencia de Dios.


a. Primera dificultad

En el primer día de la creación Dios crea la luz la cual es identificada con la luz del día para separar las tinieblas de la noche (Gén. 1, 3-5). Pero, ¿de dónde procede esa luz? ¿cuál es su origen o qué la produce?

Primeramente, el firmamento de donde supuestamente vendría dicha luz no sería creado hasta el día siguiente (vs. 6-8); y el cuerpo celeste, el Sol, que produciría dicha luz para separar el día y la noche Dios no lo creó hasta el día cuarto (vs. 14-19). 

Por lo que, ¿de dónde viene la luz del primer día que separa el día y la noche, si su fuente de origen aún no ha sido creado? Y nada de “para Dios nada es imposible” porque si para Dios todo es posible, también él, en su infinita sabiduría, ha establecido un orden (1Corintios 14, 32-33); y el orden es uno de los atributos divinos que más sobresale (después de la bondad) en la obra perfecta de la creación. Luego si interpretamos literalmente el origen de la luz (que separa el día de la noche) sin su fuente el Sol, estamos ante una contradicción, un desorden. También aquí hallamos una paradoja, ¿cómo puede haber día y noche si aún no existe el ente (el Sol) que divide el día en sus dos faces: día y noche?


b. Segunda dificultad

Leemos en el capítulo primero del Génesis, versículos 11 al 13, designado como el día tercero de la creación, que Dios creó los pastos y hierbas antes que el hombre a quien Dios creó en el día sexto. E igualmente antes que al hombre Dios crea a las fieras salvajes y aves del cielo. Sucede, pues, que en el capítulo segundo, versículos 4b en adelante Dios crea al hombre primero que la vegetación del campo; y en el versículo 19 Dios crea a los animales salvajes y a las aves del campo después de la creación del hombre.

Si hay que interpretar literalmente estos capítulos como exigen los creacionistas de la Tierra joven, ¿cuál versión será entonces la correcta? Porque las dos a la vez no pueden estar correctas.


c. Tercera dificultad

Después del crimen u homicidio cometido por Caín contra su hermano Abel, Caín queda expulsado de la presencia de Dios, errante por el mundo (Gén. 4).

En este relato hay varias aparentes contradicciones.

1) Caín teme ser asesinado por otro hombre, cuando todavía no existían más hombres (a excepción de Adán) sobre la tierra (vs. 13-15).

2) Caín se traslada al país de Nod, al este de Edén (v. 16) cuando aún no existían hombres que construyeran ciudades o fundaran naciones.

3) Caín consigue mujer (¿de dónde?), y edifica una ciudad (¿para qué y con la ayuda de quienes?) (v. 17).

Estos son algunos ejemplos de las dificultades y escollos que se suelen citar como contradicciones cuando se interpreta la Biblia literalmente, sin tener en cuenta los géneros literarios que explicarían muy bien y satisfactoriamente dichas aparentes contradicciones.


*Para quienes deseen una explicación católica de las posibles contradicciones bíblicas: ¿Contradicciones en la Biblia?


2. Dificultades geológicas

De acuerdo a los hallazgos de la ciencia moderna la Tierra tiene una edad aproximada de 4,700 millones de años de antigüedad.

En la superficie e interior de la Tierra se ven y se distinguen las huellas y marcas de los diversos cambios geológicos y climáticos que han transformado nuestro planeta.

De ser la Tierra tan joven como interpretan literalmente del Génesis los creacionistas de la Tierra joven (unos diez mil -10,000- años de antigüedad), dichas huellas o señales no se hubiesen dado.

Muchos de estos creacionistas, para salirse del apuro, piensan y creen que todo ello es obra directa de Dios para hacer aparentar la Tierra más vieja de lo que realmente es.

Y los fósiles encontrados de animales, moluscos y plantas antiquísimas, son en realidad obra reciente de Dios con el mismo fin.

Pero pensando objetivamente, ¿con qué fin o propósito Dios realizó tales cosas? Si Dios creó el mundo hace unos cuantos milenios, ¿por qué aparentar hacerlo ver más viejo de lo que es?

Si es así, esa actitud de Dios lo que ha hecho es confundir y llevar a error a millones de seres humanos, en contra de lo que dice la Biblia que Dios es Dios de orden y paz (1Cor. 14, 32-33), y que Dios quiere que los hombres lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim. 2, 4).


3. Dificultades cosmológicas


Ante las montañas de pruebas y evidencias que apoyan un universo sumamente viejo y una Tierra de casi cinco mil millones de años “los creacionistas de la Tierra joven han tomado varios rumbos para evadir esta conclusión.

a) Algunos piensan que el universo es en realidad bastante pequeño, de manera que sólo se necesitan unos cuantos años para que la luz lo atraviese...” Esto crea el problema de que, “si el universo fuera en realidad tan pequeño desde el punto de vista físico, entonces todas las estrellas y galaxias bastante oscuras que vemos en nuestros telescopios también serían muy pequeñas; demasiado pequeñas para que la gravedad las mantuviera unidas...”

b) Mientras tanto “otros alegan que la velocidad de la luz era mucho mayor poco después de la Creación de lo que es ahora, de manera que la luz proveniente de los objetos distantes llegó aquí enseguida...” Esta opinión, al igual que la anterior, crea muy serias dificultades, puesto que,.“si la velocidad de la luz era casi infinita en la creación y ciento de miles de veces más veloz cuando vivía Abraham de lo que es ahora, entonces según la famosa fórmula de Einstein para la equivalencia de la masa y la energía (E=mc), el término c (el propio tiempo de la velocidad de la luz) hubiera sido decenas de miles de millones de veces mayor; de manera que el Sol, al convertir un poco de su masa en energía, freiría a todo el que viviera sobre la Tierra; en otro caso, si hacemos constante la energía (E), ¡entonces las masas (m) en tiempo de Abraham serían tan pequeñas que la gravedad de la Tierra no habría sido capaz de mantener su atmósfera o aun a su población!”



c) Por otro lado, “otros reclaman que la luz que vemos de objetos distantes se creó en el camino, de manera que en realidad nunca hemos visto la luz procedente de objetos situados a más de unos diez mil años luz de distancia. Pero fíjese el problema que esto provoca: cuando miramos hacia la estrella Sirio vemos lo que hacía hace doce años; cuando miramos hacía la nebulosa de Andrómeda, vemos lo que estaba haciendo hace dos millones de años si entonces hubiera existido, pero no existía, de manera que lo que vemos en realidad es una secuencia continua de eventos que nunca ocurrieron; ¡una historia ficticia! Como la mayor parte del universo está a más de diez mil años luz, la mayoría de los eventos que revela la luz llegada del espacio serían ficticios. Como la Biblia nos dice que Dios no puede mentir, prefiero interpretar la naturaleza de manera que evite poner a Dios a darnos información ficticia”. (Robert C. Newman. «Tres puntos de vista sobre la Creación y la Evolución» Ed. Vida. 2009).


Conclusión. Si es así, como interpretan los creacionistas de la Tierra joven son las cosas, nos encontramos ante unas terribles y desaforadas contradicciones y engaños que oscurecen y nublan el mensaje de salvación contenido en la Biblia.

Todo este apasionamiento creacionista de mantener la interpretación literal de los orígenes en la Biblia aun hoy, pero, sobre todo, el deseo cientificista y naturalista de presentar a la ciencia en constante oposición a la fe, es lo que continúa llevando a revistas, documentales de divulgación científica (y otros) de mantener un ataque, de modo general, contra el cristianismo, y no se dan cuanta (o no quieren darse cuenta) de que la Iglesia Católica en este conocimiento natural ha avanzado muchísimo, aceptando todas las verdades científicas (como parte de una revelación por vía natural de Dios) y algunas teorías que no contradigan los datos ciertos de la fe, pues bien sabe la Iglesia que éstas verdades jamás contradecirán las verdades de fe o de Divina Revelación, pues ambas provienen de la misma fuente: Dios.

El problema de todo esto radica no en el contenido de la Biblia, sino en la manera como ésta es interpretada tanto por un bando como por el otro.

*Aquí otro ejemplo de contradicciones bíblicas:  Curso rápido de contradicciones bíblicas. En esta entrada, recomiendo la lectura de los comentarios tanto a favor como en contra.


B. Dificultades naturalistas

Los naturalistas al plantear que la materia surge por sí misma, o que ésta es eterna se tropiezan con una serie de problemas y dificultades filosóficos y científicos que no explican la razón de existir del universo.


1. Dificultades filosóficas

Las dificultades filosóficas surgen cuando los conceptos no son bien entendidos y son mal interpretados.

a. La eternidad de la materia

Para que el ateísmo tenga razón de ser, deberá admitir que la materia es eterna. Si desean ser consistentes en defender su posición deberán admitirlo y defenderlo, de lo contrario toda la filosofía o creencia atea y materialista se vendría abajo.

Es así que hay quienes osan sostenerla y defenderla como principio y fundamento de su ateísmo.

1) El concepto de eterno
(En latín aeternus, contracción de aeviternus; derivado de aebum, duración; del griego aion, duración, o aei, siempre; derivado del sánscrito védico ayub, genio de la fuerza vital). Califica una duración que no tiene comienzo ni fin y que no es divisible o sucesiva como el tiempo, sino que abarca todos los tiempos en un como instante substancial indivisible. Atributo propio de Dios. (Diccionarios del Cristianismo. Ed. Herder. 1986).

La eternidad es un estado sin principio y sin fin simultáneamente, que no posee un antes ni un después. Por consiguiente hablar de eternidad al referirla a entes que duran, es un absoluto absurdo. Pero para que se pueda entender el concepto, tratemos de adjudicárselo a un ente físico: el hecho de que se niegue un principio y un fin, que ese principio y fin no existen indica la no existencia de un ente temporal (que es regido por el tiempo); luego es imposible que exista un ente temporal (como el universo o un vacío gravitatorio o singularidad cuántica, como aseguran algunos) que sea a la misma vez eterno. El concepto sin principio y sin fin niega la existencia de un ente regido por la duración.

Si aplicamos el concepto eterno a la materia es imposible que ésta sea eterna, que no haya tenido principio ni tendrá fin; y mucho menos que esté fuera del tiempo.

2) ¿Se puede dar una línea de seres sucesivos desde la eternidad, o mejor dicho desde el no origen hasta la actualidad? Veamos el siguiente ejemplo:

Hagamos un poco de ejercicio intelectual o filosófico, tal y como se hace en diversos campos del saber humano para llegar a establecer ciertas verdades que pueden ser muy bien entendidas y aceptadas.

Si nos montamos en un avión y viajamos desde el Aeropuerto Luis Muñoz Marín de Puerto Rico hasta el Aeropuerto John F. Kennedy de New York, y de regreso desde el Aeropuerto John F. Kennedy viajamos en el mismo avión, a la misma velocidad, por la misma ruta y las mismas condiciones del tiempo, llegaremos al Aeropuerto Luis Muñoz Marín de Puerto Rico en el mismo periodo de tiempo que nos tomó el viaje de ida, pues la distancia es la misma en ambas direcciones.

Otro ejemplo: la misma distancia en tiempo hay desde el día del nacimiento de Cristo hasta el momento actual, que desde el momento actual al día del nacimiento de Cristo. Ni más ni menos.

Es decir, aplicando este principio (que he expuesto en estos ejemplos) que puede ser muy bien entendido a la eternidad (o no origen) de la materia, resulta que, si subiendo por la escala del tiempo jamás podemos llegar al principio del origen de la materia (si este "principio" se encontrara en la eternidad, luego dicho origen no existe), podemos correcta y razonablemente establecer que, partiendo desde el "origen" de la materia jamás llegaríamos al momento actual, pues la distancia en tiempo es la misma. Pero el problema es, ¿partir desde dónde?, si ese origen enmarcado en la eternidad no existe. El concepto "infinito" y "eterno", es decir, sin principio y sin fin niega la existencia de tal origen y tal fin. Luego todo ser al que se le adjudique una existencia eterna en esta dimensión física, no puede existir hoy.

Por consiguiente, si hoy estamos aquí es porque subiendo por la escala del tiempo a los orígenes de la materia podemos llegar a él, por muy lejos que este origen esté en el tiempo.

Este problema filosófico-científico ha sido resuelto (en teoría) por el gran físico y cosmólogo moderno Stephen Hawking (en un documental que pude ver en una página de ateos) al demostrar, basándose en la hipótesis de la inexistencia del tiempo en los agujeros negros que, de igual manera, antes del Big Bang no existía el tiempo. Luego no podía ni pudo existir nada antes del Big Bang, porque no existía un tiempo previo. (Claro, esta teoría la desarrolla para con ella negar la existencia de una Causa, de un Creador). Pero también con esta teoría destruye y niega cualquier teoría, hipótesis u opinión basado en la eternidad de la materia y de continuos big bangs (universo cíclico). Pero como Dios no se rige ni es regido por el tiempo, es decir, que está fuera de todo tiempo pues en eso consiste el ser eterno, la teoría de Hawking, estudiada y analizada en toda su profundidad, en vez de negar la existencia de Dios la confirma y la apoya, y es argumento para establecer la necesidad de un Creador que diera el existir y el ser a la singularidad antes del Big Bang; y como Creador Causa del primer movimiento o Big Bang que dio origen al universo.

Claro, en otro libro resuelve el problema al asegurar que ese universo se creó, por una ley gravitacional, de la nada. Pero volvemos a lo mismo, ¿quién dio origen a esa ley de la gravitación? Si no puede existir desde siempre ni mucho menos ser eterno... ¿?

Resumen. Siendo pues, que la eternidad es el estado de no principio y no fin de modo simultáneo, es decir, donde el tiempo no existe, por lo que tampoco el pasado y el futuro no se da, sólo existe un presente eterno (ausencia absoluta de un antes y un después); y el espacio tampoco existe... Por consiguiente, ningún ente en esta dimensión física lo puede abarcar; luego la eternidad en esta dimensión física es absolutamente imposible de abarcar; luego la materia no es y es absolutamente imposible que sea eterna. El llamado estado eterno en esta dimensión física debe tomarse en sentido relativo, es decir, una duración indefinida pero finita.

b. La autocreación de la materia

En varias ocasiones me he encontrado en lecturas de materia científica la expresión de que la materia del universo se va creando. Ella sola, sin ayuda de nadie.

1) El concepto NADA o NO SER

Es la carencia de ser: lo que no es, que no existe, de manera absoluta. La nada es un ser de razón que la inteligencia crea a partir del ser, en oposición radical con éste, y que manifiesta el poder de la inteligencia de rebasar el hecho individual de existir. (Diccionario del Cristianismo. Ed. Herder. 1986).

Por consiguiente, no podemos ubicar la nada fuera de nuestro intelecto, fuera de nuestro pensamiento puesto que ésta no existe en el mundo real y material.

Ejemplo: si cogemos un envase y lo vaciamos sacándole hasta la última partícula creando un vacío absoluto, ese espacio, ¿sería la nada? No. Si ese espacio ocupa un lugar (encerrado en el envase) tenemos algo: un vacío.

Cuando decimos que Dios crea de la nada, no estamos diciendo que Dios "saca" seres de la nada, puesto que de la nada, por el hecho de no existir, nada puede salir o sacarse. Sino que Dios, por su poder infinito, da el ser a lo que antes no existía y, lo que es lo mismo, da la existencia a lo que antes no era (esto es crear de la nada).

En este sentido la expresión "Dios crea de la nada" hay que entenderla en el sentido de que, cuando Dios crea indica que da el ser a lo que antes no era y el existir a lo que antes no existía. El problema radica cuando personas "intelectuales" no entienden o pretenden no entender el concepto nada y lo dan como algo existente en el mundo material. Entonces, teniendo esto en cuenta,…

2) …¿pueden surgir seres de la nada por sí mismos? Radicalmente, no. Absolutamente imposible.

Si la nada es un concepto intelectual o ser de razón, que sólo puede existir en el pensamiento racional e intuitivo, en la inteligencia humana, angélica y divina, sería imposible, y de hecho es imposible que de la "nada" (que no existe) surjan seres por sí mismos.

Luego es una falacia, una mentira decir que de la nada surjan seres por sí mismos, sin la intervención de un ente externo que las produzca. (De aquí que S. Hawking se vale de una ley de la gravitación -un estado preexistente antes del Big Bang- para decir que gracias a ella es que surge -como la vieja teoría de la generación espontánea- el universo de la nada). Claro, una cosa es afirmar una teoría y otra cosa muy distinta es demostrarla, máxime cuando este tipo de teorías son imposibles de verificar, aunque lo asegure el físico considerado como el más grande de estos tiempos.

Ahora bien, en teoría cuántica existe la hipótesis u opinión de que ciertas partículas surgen de la “nada” para luego desaparecer o volver a la “nada”.

Pero ¿eso es lo que realmente sucede? ¿Hay que creer por fuerza y sin ninguna otra alternativa que ciertas partículas surjan de la “nada”? ¿No se podría pensar o teorizar que ese surgir de la “nada” sea relativo y no necesariamente de la nada absoluta? ¿Habrá otra explicación no asumida o que no se quiere asumir que explique ese evento? Recordemos que la "nada" no es un lugar, sino un concepto filosófico intelectual, y que tales experimentos se realizan en un estado físico aunque sea en un vacío del cual pueden surgir ciertas partículas, en cuyo caso una explicación estrictamente científica sería la adecuada sin tener que recurrir a conceptos filosóficos.

Por décadas los físicos han tratado de descubrir una partícula muy peculiar y muy escurridiza y de cuya existencia fue teorizada (para 1964) por el físico inglés Peter Ware Higgs (el bosón de Higgs -como es conocido en física- o “la partícula de Dios” -como ha sido llamada por los medios de comunicación-). En julio de 2012, a casi 50 años después de intensa búsqueda, fue anunciado por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) su hallazgo.

Pero ¿qué tiene de peculiar dicha partícula? Pues, según la teoría ofrecida por Higgs es la que se encarga de dar o transmitir masa a unas partículas y a otras no.

Ahora bien, a modo de teoría, hipótesis u opinión: ¿No será este evento peculiar el que en algunos casos algunas partículas den la impresión de “surgir de la nada” al adquirir masa y que, por alguna razón aún desconocida y que la ciencia en algún futuro pudiera descubrir, la pierdan dando la impresión de que “vuelven a la nada”?

Entre otras cosas, en teoría y según el director general del CERN, Rolf Heuer, el bosón de Higgs “podría ser un tipo diferente de partícula pero aún no conocemos esa partícula. Podría ser otra fuerza y en vez de las cuatro fuerzas podríamos tener una quinta fuerza. Sin embargo, también podría ser algo en lo que los teóricos aún no han pensado, y eso sería lo más emocionante;...” (Revista «Muy Interesante» agosto de 2012).

Conociendo a profundidad el sentido de lo que significa el ser y el no sery la imposibilidad absoluta de que lo que no existe (por el hecho mismo de no ser o no existir) pueda darse a sí mismo la existencia, prefiero mantener la teoría u opinión que he planteado arriba, o cualquier otra teoría que explique de modo natural y experimental, que tales partículas aparezcan y desaparezcan sin tener que recurrir al concepto nada.


c. Azar y casualidad



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Los naturalistas se fundamentan, para explicar la evolución de la materia y el origen y evolución de la vida, en estos dos conceptos. Estos entes de razón y anti-científico son el "porque sí" que trata de explicar los enigmas y misterios de la ciencia: ¿Por que se da tal evento físico? "Porque sí". Pero como esta expresión es muy infantil y absurda es mejor decir: "por azar" "por casualidad".

1) ¿Qué indican estos conceptos o entes de razón?
Son conceptos que, según sus defensores, actuarían ciega e inconscientemente sobre el surgimiento y posterior evolución de la materia. Actos sin conciencia y sin vida que darían vida a la materia muerta. Y posteriormente, actos irracionales, sin inteligencia que llevarían a la vida a evolucionar hacia la inteligencia superior y racional.

A estos señores al parecer se les olvida algo, pues sucede que el azar y la casualidad, más que entes reales o algún tipo de energía o fuerza que actúan en el proceso evolutivo de la materia, son «seres de razón», es decir, actos que no poseen esencia, substancia física que los sostenga, por lo tanto, no pueden existir por sí mismos; y como lo que no existe no puede dar el ser, concluimos que el azar y la casualidad no pueden, son incapaces de dirigir y guiar el mundo. Y ello porque el concepto azar y casualidad sólo sirve de base y apoyo intelectual (a modo de «dogma de fe») de los naturalistas para tratar de explicar, de modo natural, eventos que la ciencia por sí misma no puede y es incapaz de explicar. De esta manera tales conceptos sirven de “antídoto” contra cualquier idea que induzca a pensar en una intervención sobrenatural.

2) Sustituyendo al azar y la casualidad
Siendo, pues, que estos seres de razón no pueden dirigir ni gobernar el perfecto orden del universo y su evolución, habrá que buscar otro mecanismo capaz de realizarlo.

También, si el creacionismo literal y el DI (Diseño Inteligente) no son capaces de dar plena satisfacción a una teoría científica (la evolución), no por eso hay que descartarlo totalmente. Ambas realidades (la científica y la religiosa) pueden ir de la mano.

El problema y la controversia surgen cuando ambas posturas no quieren dar su brazo a torcer, y se aferran a sus principios básicos por miedo a... ¿qué? Muchos creacionistas no aceptan la Teoría de la Evolución porque se aferran a la idea de que Dios no puede valerse de tal mecanismo de modo natural para crear nuevas especies, y porque creen que realmente la evolución destruye los principios básicos de la verdad bíblica, cuando en realidad esa verdad bíblica es religiosa, de fe, no científica; luego las verdades científicas no solamente no destruyen la fe divinamente revelada con relación a los orígenes, sino que confirma, de modo racional, la fe del creyente en Dios creador.

Los naturalistas, aferrados a su fe en el azar y la casualidad para con ello defender la increencia, no quieren ni desean tan siquiera admitir la posibilidad de un Creador que, de modo amoroso y providente, guía y gobierna el proceso evolutivo de Su creación (de ser cierto este proceso) hasta llevarla a la perfección.

Por consiguiente, el problema no es científico ni bíblico, sino humano, es decir, la manera como éste asume e interpreta ambas posturas y la manipula para hacerle decir lo que no quiere decir. Es decir, según los creacionistas literales la Biblia rechaza y niega la realidad tanto de la Teoría de la Evolución como la Teoría del Big Bang; y para los naturalistas dichas Teorías niegan y rechazan la verdad de la Biblia, luego la Biblia se equivoca, por consiguiente Dios no existe.

Pero desde una visión católica puedo decir que las verdades científicas, incluso estas Teorías, profundamente reflexionadas y bien entendidas, no niegan para nada la fe del creyente; de igual manera, la fe en Dios creador no niega ni se opone para nada a estas Teorías, al contrario, explica de modo claro y preciso todas las incógnitas y misterios que la ciencia, guiada por la sola razón, jamás podrá explicar. Y no es que esté siendo liberal, pues me considero muy conservador en cuanto a doctrina de fe y moral de la Iglesia se refiere, y en cuanto a que creo que Dios sí se ha manifectado de modo extraordinario y milagroso en la Historia de la Salvación, sino que soy conciente de las verdades científicas, pues éstas dan a conocer una revelación natural de Dios (su existencia, su bondad, su poder, su hermosura, su eternidad...). Luego se puede llegar a un conocimiento cierto (por vía natural) de Dios, aunque imperfecto. (El conocimiento exacto y perfecto de Dios, hasta donde el intelecto humano puede conocer, sólo es posible por la fe fundamentada en la Divina Revelación y el Magisterio de la Iglesia).

Por consiguiente, no existe ningún inconveniente el pensar y admitir que el mecanismo regulador que lleva al universo, en su proceso evolutivo, a superar y vencer las incontables posibilidades de caos, es la providencia y gobierno amoroso de Su Creador. Y en el proceso de la Evolución de la vida, la selección natural vendría siendo el mecanismo natural por el que Dios va creando nuevas especies, así como por medio de las estrellas Dios fue creando los elementos necesarios para la formación de nuestro sistema solar y la vida, y en él el planeta que iba a albergar dicha vida.

Para entender esta proposición, y así ver y entender que puede ajustarse perfectamente a la realidad objetiva, veamosla a través de la siguiente analogía.

Existen ciertos animales que al ser adiestrados o amaestrados pueden hacer cosas que van más allá de sus actos o acciones puramente naturales.

Claro está, para que realicen tales cosas se requiere de una inteligencia (el ser humano) que los adiestren (con delicadeza y tiempo) para que realicen tales actos o espectáculos de circo, de cine, de búsqueda y rescate, etc.

Ahora bien, en estos animales vemos que existe la capacidad de realizar tales actos, pero que por ellos mismos sería imposible que se dé; hace falta una inteligencia que “saque a luz” y aproveche tales capacidades. De igual manera el universo. Desde su origen éste posee la capacidad de evolucionar de lo menos perfecto a lo más perfecto hasta la vida y hasta la alta inteligencia, pero ante las probabilidades extraordinariamente altas de caos, el universo por sí mismo (entiéndase por el azar y la casualidad) jamás y en absoluto hubiese evolucionado a donde ha llegado. Y me atrevo a ir más allá, jamás hubiese podido comenzar dicho proceso de evolución. Luego ante esta realidad podemos establecer la necesidad absoluta de una Causa Inteligente Infinita y Eterna que diera origen al universo y al proceso de evolución; y no solamente que diera inicio a tal proceso evolutivo, sino también que lo fuera guiando al fin por el cual fue diseñado: la vida y la alta inteligencia.

Si analizas bien esta proposición verás que no existe ningún inconveniente el admitir y aceptar la idea de creación (como obra exclusiva de Dios) y la Evolución (como mecanismo por el que Dios guía, dirige y gobierna dicha creación); y que Dios obra de tal manera que se pueda entrever que es obra suya (visión y entendimiento de la presencia y acción de Dios en su creación para quienes están dispuestos a buscarle y escucharle), pero a la misma vez envuelve cierto grado de oscuridad (en quienes prefieren aferrarse y se obstinan en su rechazo a Dios) para que la libertad humana no se sienta coaccionada, sino que su decisión de aceptación o rechazo sea totalmente libre.

*Para ampliar el tema sobre el azar: El azar de los huecos. El dios de los huecos, "es la imagen que de Dios necesitan formarse los ateos para poder eliminarlo con facilidad, que es justo lo que intentan"...


Ver segunda parte: 2. Dificultades científicas

*Para quien interese: Vídeoconferencia "No hay contradicción entre la ciencia y la fe"




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